La vigilancia microbiológica es clave
La pandemia provocada por el virus de SARS-CoV-2 nos ha dejado clara la utilidad de la vigilancia microbiológica en aguas residuales como indicador epidemiológico. El propio Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico puso en marcha el proyecto VATar, un sistema de monitorización de la presencia y cuantificación de material genético del virus para su aplicación como alerta temprana para detectar aumentos significativos del virus de la Covid-19 en la población.
Más allá de la repercusión y virulencia del SARS-CoV-2, lo cierto es que la vigilancia microbiológica en aguas residuales es una herramienta útil para la monitorización de otros patógenos que son excretados en orina o heces, como rotavirus, norovirus, enterovirus, Shigella, Clostridium, Campylobacter, etc.
De hecho, este acercamiento a la vigilancia sanitaria usando aguas residuales no es novedoso en España: ya desde hace años se realiza el análisis de muestras de aguas residuales para el seguimiento de la posible circulación de otros virus (como el de la polio) en la población.
Previniendo riesgos para la Salud Pública
El uso de esta vigilancia epidemiológica es clave para prevenir riesgos para la Salud Pública: a partir de los resultados obtenidos del análisis de las aguas residuales, hace posible no sólo anticiparse a las posibles consecuencias de la propagación de un virus, sino también ver la evolución del mismo. Así, es más viable aplicar medidas de prevención y contención para anticiparse a nuevos brotes.
Esta vigilancia epidemiológica se realiza mediante el estudio de la presencia y concentración del virus en las muestras de aguas residuales tomadas, generalmente, a la entrada de las estaciones depuradoras (EDARs), aunque también es posible tomar muestras de la red de alcantarillado urbano. Así, se puede realizar un seguimiento continuo de la evolución del mismo.